Nuestro proyecto de Marte gira ahora en torno al estudio del polvo cósmico, concretamente nuestro principal objetivo es ver en qué medida nuestro análogo RZV se parece a otros análogos o simulantes de suelos marcianos a través de sus propiedades ópticas. A final del curso anterior llevamos a cabo nuestros experimentos en el Instituto de Astrofísica de Andalucía y esta mañana hemos tenido una nueva reunión con los dos investigadores que dirigen el proyecto, los doctores Olga Muñoz (astrofísica del IAA-CSIC) y Manuel Espinosa (microbiólogo de la EEZ-CSIC).
En la exposición inicial Olga ha destacado la importancia del estudio del polvo marciano, cuyo efecto se manifiesta en las tormentas globales que impiden ver la topografía de la superficie del planeta y que interviene en la regulación de la temperatura en el planeta rojo.
El polvo y sus características puede ser estudiado a partir de la luz que aquel dispersa en todas direcciones cuando es iluminado. En el laboratorio de polvo cósmico del IAA (CoDuLab) han desarrollado el dispositivo con el que hicimos las mediciones de nuestro análogo y que consiste, básicamente, en una sistema que genera una nube de polvo con las muestras sobre la que incide un haz de luz láser y un detector que va girando y captando la cantidad de luz que el polvo dispersa a determinados ángulos. A partir del análisis de los resultados se pueden hacer inferencias sobre el tamaño, la forma y la composición de los granos de polvo. La presentación que Olga usó para su charla se puede consultar en este enlace y en la pestaña recursos.
En nuestro caso nos planteamos un doble objetivo, por un lado comprobar en qué medida se parece nuestro análogo RZV a otros desarrollados por otras instituciones y si la técnica podría detectar la presencia de microorganismos en el polvo o la presencia de materia orgánica en él, en este caso de un compuesto ópticamente activo como es la glucosa.
Nuestros resultados se muestran en las siguientes gráficas.
La figura de arriba compara la función de fase de nuestro suelo RZV (azul) y del mismo con microorganismos (rojo). Los resultados no muestran diferencias significativas entre ambas muestras. Lo mismo se concluye de las gráficas siguientes.
En el caso del suelo añadido con glucosa, se han observado ligeras diferencias para algunos ángulos, pero en cualquier caso no son importantes.
Hemos hecho también algunas comparaciones de nuestras muestras con otras que hay en la base de datos de polvo cósmico del IAA. En primer lugar con palagonita. Este análogo es similar al nuestro en cuanto a elaboración pues se trata de material volcánico, aunque en este caso no hay selección del tamaño del material. Los resultados se muestran a continuación y, como se aprecia, muestran diferencias entre nuestro análogo y la palagonita.
Hemos comparado también con muestras orgánicas. La primera de ella son los tolines, unas partículas sintetizadas a partir de los componentes de la atmósfera de Titán y que son de naturaleza orgánica. En este caso las diferencias son muy apreciables. A diferencia de nuestras muestras, los tolines son muy heterogéneos en cuanto a su tamaño y presentan una forma irregular.
Y también hemos encontrado diferencias muy apreciables comparando con polen de ciprés. Este presenta un tamaño más homogéneo en cuanto a su forma, aunque su superficie es muy irregular.
Llegados a este punto y con estos resultados, tenemos proyecto, y un proyecto muy interesante. Tenemos a nuestra disposición la base de datos del IAA, accesible desde este enlace: https://scattering.iaa.es.
Podemos acceder a los datos de las muestras que han estudiado y hacer comparaciones con las nuestras. Nuestro proyecto ahora camina por ahí, porque veamos qué análisis son interesantes para nuestros planteamientos y para que comparemos sus resultados con los nuestros. ¿Qué comparaciones os parecen oportunas y cuál sería su finalidad? Ya sabéis, las propuestas en comentarios.